abril 01, 2009
¿Podés leer mi mente?
Los viejos y buenos tiempos. El hombre honesto. El corazón inquieto. La Tierra Prometida. Un beso sutil que nadie percibe. Una muñeca rota, y un gran trapecio. Es divertido como te vienes abajo, esperando un gesto. Me detengo en el camino de entrada con un mágico escalofrío recorriendo mi espalda.
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